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El director ejecutivo de CPI, Carlos Cruz Lorenzen, abordó los avances y desafíos en el desarrollo de infraestructura pública en Chile y Biobío.
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“No potenciar el ferrocarril será llevar al colapso la red vial y eso no debe aceptarse”.
El Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI) es un centro de estudios, de análisis y propuestas en la formulación de políticas públicas.
El organismo, que busca desde 2013 crear un espacio de debate y reflexión que reúne a académicos y profesionales del ámbito privado, dirigentes gremiales y otras personas interesadas en el tema, sostiene que desde mediados de la década del 2000 se registra en Chile una caída en el impulso a la infraestructura pública, producto de la falta de nuevos proyectos, la desaceleración de iniciativas y la escasez de soluciones a los problemas existentes.
Por eso plantean la necesidad de reinstalar la temática en la agenda política, desde una perspectiva integral y transversal.
Trade-News.cl habló con el director ejecutivo de CPI, Carlos Cruz, sobre los avances y desafíos en infraestructura pública a la fecha, abordando el caso particular de la Región del Biobío.
-Cómo evalúa el actuar a la fecha del gabinete sectorial (OO.PP, Vivienda, Energía y Transportes).
-Creo que son ministros que se han hecho rápidamente cargo de las necesidades en cada sector y en pocos meses comienzan a dar lineamientos consistentes con una visión de país. Sus diferencias con la anterior administración es que están muy mediatizadas por las circunstancias, pero al final, no son tan diferentes, más allá de los matices que impone una mayor preocupación por las personas, por el medio ambiente y por agregarle valor a nuestras exportaciones.
-¿Es suficiente la inversión pública que hoy es destinada a desarrollar infraestructura pública?
-El gobiernolo ha señalado: la inversión pública en infraestructura será muy importante para la recuperación de la economía y está actuando en consecuencia. Hay un aumento del presupuesto público para el próximo año a través de un fondo para el desarrollo que habrá que ver cómo va a funcionar. Hay un programa de concesiones muy agresivo y siguen adelante los proyectos ferroviarios, entre otros.
-¿Cómo el centralismo afecta el desarrollo de infraestructura pública de regiones?
-Este es un problema que se arrastra desde hace mucho tiempo. Por eso, el traspaso de funciones a los gobiernos regionales es fundamental. La responsabilidad que les cabe a partir de los planes de ordenamiento territorial es el primer paso para el diseño de estrategias de inversión que puedan ser llevadas a cabo con recursos propios de los gobiernos regionales, a través de convenios de programación o bien de otras fuentes, como los recursos del Fndr y los fondos “espejo” del Transantiago. A esto habría que agregarle fórmulas de asociación con el sector privado que puedan desarrollarse desde las regiones.
Sin traspaso de funciones, siempre el desarrollo de la infraestructura en las regiones será dependiente del centro. Esto significa un desafío importante para las propias regiones, las que deberán desarrollar competencias para diseñar estrategias integradas, evitar los compartimentos estancos entre las instituciones sectoriales, identificar proyectos que efectivamente sean un aporte para un mayor bienestar de la comunidad y que permitan aumentar la productividad regional significativamente.
-¿Cuál es su análisis del caso de la Región del Biobío, en específico, el aún no concluido puente Patricio Aylwin (ex Bicentenario) que seguirá a la espera conectarse con la ciudad (por la quiebra de Claro Vicuña Valenzuela a cargo de la obra). Así como el nuevo puente ferroviario e industrial.
-Los proyectos toman un tiempo mayor que el que nos gustaría y muchas veces las autoridades comprometen resultados antes de lo que es posible. Muchas veces la participación de la ciudadanía es tardía y cuando la comunidad se da cuenta del impacto que una gran obra pueda tener en sus formas de vida, se opone al proyecto o exige compensaciones que no está incluidas entre los recursos considerados. Eso retarda la marcha de las inversiones. Nuestra propuesta es llevar a cabo proceso de participación ciudadana temprana, vinculante y que las compensaciones, cuando correspondan, sean parte del proyecto. Puede que, en principio, aparezca que los proyectos se encarecen, pero estamos seguros de que a largo plazo serán más oportunos y su resultado será a menor costo.
-¿Cuáles son las claves a atender antes de iniciar esas obras, en el sentido de las características que debieran tener esos viaductos tomando en cuenta la vocación industrial y exportadora de Biobío Región?
-Es cierto que son proyectos que tienen una gran importancia para potenciar la vocación productiva de la región, pero también son iniciativas que alteran la vida de muchas personas. Hay que buscar formas de armonizar y es necesario encontrar los mecanismos para que, en proyectos de esta envergadura, no haya perdedores. Es importante también precaver que en este tipo de discusiones surgen oportunistas. Las autoridades locales saben cómo lidiar con este fenómeno.
-¿Cuál es su opinión respecto a la distribución de recursos desde el nivel central pensando en el Presupuesto 2023?
-Es un presupuesto expansivo, aunque con cautela. El presupuesto de inversión corriente aumenta un 5%, aproximadamente y el que si es interesante es el fondo de desarrollo de 1,6 billones de pesos, que habrá que ver cómo se va a utilizar. Es de esperar que haya recursos suficientes para la regiones y que estas tengan la capacidad de darles un buen destino. Usar bien esos recursos y la capacidad de ejecutar el presupuesto es a veces más importante que contar con la disponibilidad. Nada se saca con contar con más recursos, pero que sean mal usados o que no se ejecuten.
-¿Cómo el proceso constituyente puede aportar al desarrollo de infraestructura pública?
-La infraestructura pública tiene sentido si presta servicios a la comunidad en una doble dimensión: mejorar la calidad de vida de las personas y aumentar los niveles de productividad. Ambos son conceptos que estarán muy presentes en cualquier discusión constitucional, por lo que creemos que van muy relacionadas.
-¿Cuál debería ser el rol del ferrocarril como medio de transporte integrado del Concepción Metropolitano?
-El ferrocarril es un modo de transporte muy relevante. No por una cuestión romántica sino que porque contribuye mejorar los desplazamientos, a una menor contaminación, ahorra de energía, evita accidentes y es un complemento necesario para la red vial, en una perspectiva de resiliencia. No es posible que un país que aspira a ser desarrollado esté restringido a una sola modalidad de transporte. Debemos ampliar nuestra oferta de alternativas y, en ese sentido, el tren es fundamental. Así lo valoran las personas que usan el modo ferroviario para trasladarse y esa es una señal muy importante, especialmente, en los procesos de integración urbana como los que tienen lugar en la región.
En el caso de la carga, esto es aún más importante, porque la logística es fundamental para nuestro desempeño en los mercado mundiales y el ferrocarril debe ser una pieza angular para mejorar nuestra competitividad. Esto es clave en la Región del Biobío donde las cargas que se generan son de “vocación ferroviaria”, como dicen los expertos. No potenciar el ferrocarril será llevar al colapso la red vial y eso no debe aceptarse.