Workshop organizado por el Inia resaltó necesidad de que organismos del agro, asesores técnicos, agricultores se capaciten en el correcto uso de esta tecnología que cada día cobra más importancia en el mundo entero.
“La presencia de la pandemia, la guerra y el cambio climático, nos obliga a repensar la agricultura, y el uso de bioinsumos es uno de los nuevos caminos”, sostuvo el subdirector Nacional de Investigación, Desarrollo e Innovación de INIA, Rodrigo Bravo, al finalizar el workshop «Bioinsumos: actualidad y desafíos para la agricultura chilena” al que asistió para destacar la necesidad de volcar esfuerzos en esta área.
El directivo del Instituto de Investigaciones Agropecuarias señaló que INIA viene trabajando hace años en esta área por lo que “nos hace estar mejor preparados, para alcanzar una agricultura más adaptada a los desafíos actuales, y ayudar a la seguridad alimentaria del país”.
Rodrigo Bravo recalcó que dentro de los desafíos está el generar apoyos entre las instituciones vinculadas al agro y fortalecer las redes para potenciar la presencia de los bioinsumos. “Hoy la agricultura tiene el desafío de ser más amigable con el medio ambiente y más ecológica, aunque es un tránsito que no va a ser fácil”, enfatizó.
En este sentido, mencionó la necesidad de fortalecer la transferencia tecnológica y la extensión de conocimientos, para que los agricultores aprendan a usar correctamente esta herramienta. Por último, hizo ver la necesidad de dar soporte a todos los emprendimientos del sector privado que tengan por misión producir bioinsumos, ya sean estos bioestimulantes, bioplaguicidas, biofertilizantes, y así contribuir a fortalecer una agricultura más amigable con el medio ambiente.
Cifras que impactan
Chile usa el doble de los agroquímicos que usa la gran mayoría de los países de la Ocde (4,2 kg por hectárea versus los 2,1 kg por hectárea), “lo que representa un dolor y tristeza por los efectos que ellos provocan” indicó el seremi de Agricultura de Ñuble, César Rodríguez.
En la ocasión, la autoridad señaló que “nos hemos preocupado de las características de los alimentos, pero no de cómo se hacen”, tras lo cual recalcó que es un tema relevante y “nos obliga a seguir trabajando en alcanzar una agricultura mucho más sustentable”.
En este sentido, el seremi subrayó la necesidad de incorporar “más ciencia, más tecnología e innovación en la agricultura, para hacerla mucho más sana, con mayor soberanía alimentaria, pero, sobre todo, con mayor seguridad alimentaria”.
Bioinsumos y sustentabilidad
La investigadora de Inia Quilamapu y coordinadora general del workshop, Lorena Barra, se refirió a la importancia de utilizar tecnologías sustentables y sanas, que no generen daño al medio ambiente ni a los seres vivos. Explicó que cada año los plaguicidas químicos intoxican a 25 millones de personas en todo el mundo, causándoles la muerte a unas 20 mil.
La científica agregó que las razones para adoptar tecnologías limpias, también son de orden económico, considerando que el incremento en los precios de algunos fertilizantes y agroquímicos alcanzó el 100 por ciento en los dos últimos años. Desde el punto de vista del cambio climático, dijo que ha provocado la presencia y adaptación de nuevas y más agresivas plagas y enfermedades en los cultivos, por lo que deben ser controladas, sin los problemas de contaminación del agua, suelo y aire que generan los productos químicos. “Todo lo anterior evidencia el crecimiento en la demanda de bioinsumos, tecnología que cada vez es más valorada”, enfatizó Lorena Barra.
La realización del workshop, que contó con las exposiciones de la investigadora Maribel Parada de la Red Chilena de Bioinsumos, Yelitza Colmenares, de la Organización Internacional para el Control Biológico (Iobc), y de Lorena Barra de INIA, culminó con un panel de expertas, en el que se agregaron la directora Regional (S) del SAG Ñuble, Gloria Cuevas, y la directora de la Red Chilena de Bioinsumos, Romina Almasia, donde se destacó la necesidad de difundir la Ley 21.349 sobre composición, etiquetado y comercialización de los fertilizantes y bioestimulantes que inicio su vigencia el próximo 27 de septiembre.