- Desocupación de la Región fue 7,2% en el trimestre abril-junio de 2022. Los ocupados del trimestre móvil abril-junio de 2022 aumentaron 9,2% en doce meses, equivalente a 57.548 personas más.
Un aumento de las mujeres ocupadas (15,7%), incidido, principalmente, por asalariadas formales (13,9%) y trabajadoras por cuenta propia (17,6%), marcó la tasa de desocupación de la Región del Biobío en el trimestre abril-junio de 2022, que llegó a 7,2%, cifra que disminuyó 0,1 puntos porcentuales en doce meses, explicado por el incremento de la fuerza de trabajo (9,1%) y el ascenso de los ocupados (9,2%), según informó el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Al guarismo es menor al nacional, que llegó a 7,8%, acerca de lo cual Sandra Quijada, directora del INE, porque «las diferencias no son significativas respecto al trimestre móvil anterior, más bien tenemos un estancamiento», explicó.
Los ocupados en el Biobío presentaron un crecimiento interanual de 9,2%, equivalente a 57.548 personas más, influenciado por las mujeres (15,7%), y los hombres (4,8%), mientras que los sectores que más incidieron en el ascenso de los ocupados fueron comercio (12,7%), alojamiento y servicio de comidas (43,6%) y la rama Construcción (12,5%).
Los asalariados formales (7,4%) y trabajadores por cuenta propia (12,0%) fueron las categorías que más influyeron en el ascenso de los ocupados.
Por sexo, el ascenso de los hombres ocupados (4,8%), se explicó, en gran medida, por las categorías Asalariados formales (3,2%) y Trabajadores por cuenta propia (8,2%). Por su parte, el aumento de las mujeres ocupadas (15,7%), fue incidido, principalmente, por Asalariadas formales (13,9%) y Trabajadoras por cuenta propia (17,6%).
Mientras que los ocupados informales aumentaron 8,4% en doce meses, incididos por las mujeres (15,9%), y los hombres (3,0%).
Más alta
Carlos Smith, economista del Centro de Estudios de Economía y Negocios de la FEN de la Universidad del Desarrollo, afirmó que hay varias cosas que observar en las cifras del INE, pues al mirar los niveles prepandemia y se ajustaran, la desocupación sería mucho más alta que la de hoy o lo que muestran las cifras.
“No hemos podido recuperar la participación, porque muchas personas salieron del mercado laboral y no han vuelto entrar con la misma fuerza. Por lo tanto, esto hace que se vean números mejores cuando en realidad, cuando nos comparamos, en términos de tasas claro que se ven buenos guarismos, pero en el pasado había más gente en el mercado y hoy menos”, explicó.
Agregó que los sectores que han empujado el empleo se debe a que muchas personas han ido gastando la alta liquidez existente en el mercado y ha decidido relajarse, lo que da números importantes, aunque esto irá cambiando en el futuro, lo que se traducirá en un golpe al crecimiento y creación de empleos, lo que ha ido cayendo, que es una señal hacia dónde vamos, sobre todo por los empleos informales, que siguen al alza.
En tanto, Ariel Yévenes, economista del Observatorio de Corbiobío, afirmó que a pesar de que variados indicadores económicos dan cuenta de que estamos en presencia de una coyuntura de desaceleración bien importante de la economía en general, el hecho de que las cifras de desocupación se encuentren mostrando un descenso relativo en doce meses constituye una buena noticia.
No obstante, en esa generalidad, dijo que se observan matices que cabe considerar. El primero relevante es que el incremento de la fuerza de trabajo fue menor y en efecto, registró una muy pequeña contracción, lo que da cuenta de una incorporación de personas al empleo que se va estancando y en efecto entonces, esta disminución de desempleo se produce sobre la base de una creación de nuevos puestos de trabajo que, si bien aún es superior a lo anterior, también va ralentizándose.
Un segundo elemento dice relación con que el empleo en general tiende a responder un poco más tarde que otras variables económicas a los vaivenes económico productivos. En efecto, cuando la economía comienza a mostrar repuntes de importancia, solo unos periodos después comienzan ello a evidenciarse en el empleo. Algo similar ocurre aquí, pero en sentido inverso. La economía se ha ido desacelerando rápidamente y ello todavía no genera una presión vinculable en los datos de empleo.
Números elevados
El tercer elemento clave en estas observaciones es que estas cifras todavía, en el plano comparativo, se encuentran señaladas por números especialmente elevadas de pérdidas de puestos de trabajo relacionadas a la pandemia y en efecto, conforme las cifras vayan perdiendo ese componente comparativo de periodos pasados donde el desempleo era especialmente elevado, van a ir paulatinamente perdiendo el componente positivo que se visualiza hasta ahora en los números más bien coyunturales.
En cuarto lugar, es preciso consignar que aún la informalidad es muy alta y peor aún, que se va incrementando en su comparación a 12 meses, lo que implica ahí un componente de empleo de menor calidad que es preciso tener en cuenta, pues dice relación especialmente con lo estancado que se encuentra la inversión.
Finalmente, “identificamos el dato más preocupante de todos, que dice relación con la necesidad de recalcar que, si bien el empleo en general fue muy golpeado por las restricciones relacionadas a la pandemia, fue el empleo femenino el más duramente golpeado, incrementándose brechas de género que afectan duramente el plano socioeconómico y en efecto, esa brecha entre hombres y mujeres que se acrecentó en pandemia aún se sostiene con una tasa de desempleo superior en un punto porcentual en mujeres respecto de hombres y además en un escenario de reducción de desempleo que es mayor todavía en hombres, que descendió 1,9 puntos, respecto de mujeres, que sólo lo hace en 1,3”, concluyó Yévenes.