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Expertos estiman que este escenario genera solo incertidumbres.
El gobierno, por medio del ministro de Hacienda, Mario Marcel, anunció la presentación de un proyecto de reforma tributaria. Si bien la idea es recaudar más recursos para financiar el programa de gobierno, llama la atención que cada 4 años, con la llegada de una nueva administración, se busca otro cambio impositivo.
Para expertos consultados por TradeNews.cl, esto solo genera incertidumbre y aleja las inversiones. Patricio Gana, contador, y director de AK Contadores, sostuvo que este tipo de iniciativas “nos hace ir con el freno de manos puesto, no vamos a lograr un desarrollo estable con tanto ruido en los negocios. Es clave para lograr una mayor estabilidad económica. Cambios reiterados en nuestro sistema impositivo generan incertidumbres, paralizan las inversiones y nos perdemos oportunidades de desarrollo”.
Modelo a negociar
Rafael Moreno, economista de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Alberto Hurtado, agregó que la clave es acordar un modelo tributario que se negocie y que los impuestos se apliquen de acuerdo a ello y no a las sensibilidades políticas del momento.
“Generar reformas significativas cada 4 años finalmente genera incapacidad para que los agentes económicos puedan proyectar sus negocios y sus flujos. Ello llevará a que no sepan la rentabilidad de su inversión. En ese escenario las empresas dejarían de invertir, lo que significaría menor empleo en el futuro. Por lo tanto, van muy de la mano incertidumbre e inversión con menores fuentes laborales”, hizo ver.
Además, el Ejecutivo proyecta recaudar un 4% del PIB, algo que juicio de Gana es una cantidad de recursos enorme. “Actualmente nuestra economía no tiene la capacidad para generar esa recaudación fiscal”, advirtió.
Sumó que Chile tiene probablemente la capacidad de recaudar altas cifras, pero lo importante es determinar qué impuestos y cómo aplicarlos. Hoy día hay espacios para llevar adelante impuestos personales, especialmente en los primeros 4 quintiles de ingresos, que pagan impuestos relativamente bajos respecto del quintil con ingresos más altos.
A su vez, Moreno, dijo que cualquier Estado tiene la posibilidad de aplicar más impuestos, pero la pregunta es cuál es la estructura de impuestos óptima.
“Por ejemplo, siempre se podría plantear que la tasa de impuestos podría ser el 100%, sin embargo, es esa situación extrema lo más probable es que recaudación sería cero, porque las personas no tendrían incentivos para trabajar”, ejemplificó.
Por ende, la tarea sería identificar aquella estructura impositiva óptima con los instrumentos que propone la economía. Por ahora, dijo, no ha visto análisis en esa dirección.
Aparte, destacó que los impuestos sí son focalizados, como es el caso de la renta, en el sentido que las tasas que se van aplicando depende del monto de recursos que se generen. No obstante, hay propuestas de enfocar tributos en los denominados súper ricos.
Un castigo
“En esa dirección parece haber algo como lo llamó el profesor Héctor Osorio, en que parece haber un castigo a las personas que tienen muchos recursos. No es claro que este impuesto recaude muchos recursos y, por el contrario, puede generar incentivos perversos que lleven a que muchas personas lleven su patrimonio a otras jurisdicciones”, advirtió.
Patricio Gana, en tanto, sostuvo que la focalización de impuestos trae consigo una mayor eficiencia impositiva, pero en contrapartida muchas veces la aplicación de impuestos sectoriales termina complejizando el sistema o a un grupo de contribuyentes, encareciendo demasiado el proceso. Si se logra lo anterior en sectores donde hay espacios para recaudar más, sin complejidad demasiado el proceso, me parece que siempre es una idea a considerar.