Horacio Llovet, co-fundador de Nawaiam -plataforma de videojuego aplicada a los RR.HH.- planteó los desafíos que se vienen para las empresas post pandemia.
La pandemia trajo consigo cambios importantes en el desarrollo tecnológico y también en las relaciones humanas. El teletrabajo llegó de manera acelerada, cambiando la oficina por la casa.
Esto modificó no solo las relaciones humanas, que durante dos años llevó a la gente relacionarse vía on line, sino que también el vínculo entre el trabajador y el empleador, así como el reclutamiento.
En ese sentido, el argentino Horacio Llovet, co-fundador de Nawaiam, plataforma de videojuego aplicada a los RR.HH, estuvo en Chile y conversó con TradeNews.cl sobre los desafíos que se viene para las empresas post pandemia.
– ¿Cómo calificaría hoy el mundo de los recursos humanos post pandemia?, ¿se puede retomar el ambiente previo a la llegada del Covid 19 en marzo del 2020?
-La verdad es que toda el área de talentos fue una de las que más sufrió el golpe fuerte durante la pandemia. No estaba tan preparada y comenzó a hacer trabajo remoto, desde las casas, a entender si detrás de la pantalla la persona estaba motivada, triste, si necesitaba ayuda o no. Se comenzó a trabajar el modelo híbrido que, en muchos casos, tomando en cuenta el caso de Chile en que se requería la presencia del trabajador, finalmente se aprendió de que la manera de liderar a las personas cambió. Por otro lado, el puente virtual con la tecnología se aceleró y lo que se proyectaba ocurriría en 5 años pasó en 1. Incluso, según un estudio de la BBC, el 78% cree que el área de recursos humanos se debe reinventar.
-Por ende, ¿cree que el haber comenzado a trabajar a distancia, deshumanizó las relaciones que existían? Lo pregunto porque antes se iba a la oficina, se compartía con el compañero de al lado, salían al after office, etc.
-Sí, la pandemia fue un golpe muy fuerte y, de hecho, luego de dos años de escuela vía Zoom, los niños volvieron a clases y se agredieron. Las personas son de relacionamiento. Ahora esto nos llevó a darnos cuenta que el modelo no es presencial ni virtual ciento por ciento. El de éxito será el híbrido, trabajando algunos días desde la casa y otros en la oficina para almorzar o vernos las caras.
-Respecto a la gamificación, que se está dando en muchas partes, ¿es justo contratar a través de este modelo, puesto que se considera a la persona frente a situaciones de reacciones en un videojuego?, pues hay gente que no está en ese mundo.
-Desde nuestro caso, el gran desafío cuando nos desarrollamos en mayo de 2018 es que nos planteamos si eres o no gamer no tenga que influenciar en nada, porque si no, mucha gente quedaba fuera. Queremos democratizar la tecnología y acercarla a todos, incluso para quien nunca ha jugado un video.
-En ese sentido, quien nunca ha estado involucrado en un videojuego, ¿cómo le debería ir al momento de postular a un trabajo?
-El juego, en general, lleva a las personas a una situación mucho más genuina, abierta y sincera para mostrarse como es. Antes e incluso hoy te presentan una mancha y te preguntas qué ves. Puede que digas que es una paloma volando, pero en realidad es un monstruo comiéndose un niño, pero no te atreves a decirlo. El juego te lleva a soltarte de manera más transparente y a la medida que recorres esa aventura, los algoritmos de inteligencia artificial van detectando las tendencias naturales de las conductas para luego predecir cómo te poder comportar en un contexto laboral u otro. No tiene game over o que se juega bien o mal, solo detecta el perfil y dónde mejor podrías calzar.
– ¿Qué está pasando con las empresas que tienen millenials, que solo están dos años y luego se van? Forma un profesional, lo capacita y de repente lo pierde.
-Hoy los millenials y centennials conforman el 65% de las dotaciones de las empresas y se espera que al 2025 sea el 75%. Y si les seguimos mostrando manchas y con jefes que solo hablan de la productividad, sin hablar de bienestar, felicidad, de estar cercano… Chile es el segundo del mundo, después de Turquía, con problemas mentales, debe haber una mirada distinta. Por ende, si las compañías no cambian la forma de contener y fidelizar a sus trabajadores, obviamente se van a ir.
