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Hacienda anunció que se hará este 30 de junio, con foco en tributación de personas, a la minería y altos patrimonios.
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Diálogos sociales relevan la importancia de saber en qué se invierte lo recaudado, y pone foco en uso descentralizado de recursos.
Para el 30 de junio próximo informó el Ministerio de Hacienda está fijada la presentación de la Reforma Tributaria del Gobierno del Presidente Gabriel Boric, que busca recaudar alrededor del 4% del PIB, 12 mil millones de dólares al año, cuando todas las medidas estén en plena aplicación.
“La reforma tributaria en su conjunto se va a presentar al país el 30 de junio, eso nos va a dar una visión del conjunto de iniciativas, componentes y destino de los recursos que va a tener la reforma tributaria», explicó el Ministro de Hacienda, Mario Marcel.
En esa ocasión, agregó también se presentarán algunos de los proyectos que la van a priorizar, pero “no todos, porque hay algunos que van a requerir un trabajo mayor, especialmente aquellos que son más complejos, porque no tienen solamente un fin recaudatorio”, sino también un objetivo correctivo como los impuestos verdes o los impuestos ligados a la salud, adelantó.
Aunque se mantiene el misterio en relación al detalle de la propuesta, ha trascendido como pilar el separar el pago de impuestos personales del de impuestos corporativos, lo que implicará que las personas naturales que tributan por sus rentas obtenidas del capital ya no podrían descontar parte del impuesto que pagan sus empresas.
Y este proceso ha tenido una particularidad: la realización de los denominados Diálogos Sociales, que ya culminaron y que se efectuaron a lo largo de Chile.
La subsecretaria de Hacienda, Claudia Sanhueza, informó que se hicieron 17 encuentros ciudadanos con organizaciones sociales. También hicieron más de 70 audiencias con expertos, expertas, gremios y consultoras especializadas.
Sostuvo que en los próximos días se entregará un informe de sistematización con los resultados y conclusiones de este proceso. Agregó que “ya tenemos visiones preliminares de algunas cosas que vamos a considerar en el próximo proyecto de ley, que son importantes y que han salido de estos encuentros”.
Sanhueza indicó que la ciudadanía valora lo que significa “la transparencia en el uso de los recursos públicos, quiere saber hacia dónde van nuestros impuestos, por eso lo vamos a incorporar en la próxima reforma”.
Añadió que también “hay una demanda de la ciudadanía de saber qué impuestos pagamos, eso es formación tributaria, y de apoyo a los contribuyentes, sobre todo a las pymes y a los contribuyentes que son personas naturales”.
Y agregó que existe una demanda por descentralización, de manera que parte de lo recaudado llegue a las regiones. “Esas son algunas de las cosas que preliminarmente hemos aprendido de estos encuentros y que vamos a profundizar cuando entreguemos la sistematización total”, apuntó.
Crecimiento como fórmula de mayor recaudación
El economista de la UDD, Carlos Smith, planteó que en general, la experiencia dice que las metas de recaudación no se cumplen a cabalidad.
“Son US$12 mil millones provenientes básicamente de la minería, cuyos altos precios no necesariamente se mantendrán en el tiempo, y del gravamen a los altos patrimonios, pero habrá que ver el cálculo que realizarán. Pero aun así, 12 mil millones no es suficiente para tal cantidad de demandas. A modo de comparación, serían algo así como dos IFE entregados el año pasado. Entonces la intención es buena, pero el desafío acá es el crecimiento. La mejor forma de recaudar más es generando crecimiento, y así como vamos, según últimos indicadores, tenemos una economía deprimida”.
En sintonía con lo anterior, el académico de la Facea Ucsc, Andrés Ulloa, recalcó que para gastar más se necesita recaudar más. “Pero se recauda mucho más a través del crecimiento que del aumento de impuesto”, apuntó, pero el problema del alza de impuestos, dijo, es que en un contexto de crisis existen altas posibilidades de que afecte negativamente la inversión, que en Chile ya está muy debilitada y con ello se reduzca más el crecimiento en las próximas décadas, proyectó.
“Normalmente un alza de impuestos tiene un impacto fuerte en la inversión y en el PIB en los primeros tres años y a medida que se reduce la incertidumbre esta vuelve a los niveles normales. Es decir, un alza tributaria este año implicaría corregir a la baja el PIB entre el 2023 y 2025. Si se toma como ejemplo la última reforma tributaria, el PIB cayó a la mitad del crecimiento proyectado (ocurrieron muchas cosas simultáneamente) y con ello se recaudó solo la mitad de lo pensado, y con un impacto aun no calculado sobre los ingresos futuros. Es muy posible que la reforma anterior haya terminado con menos recaudación que una situación sin reforma. Ahora es más probable que ocurra esto debido a la mayor incertidumbre tanto económica, política, social y ambiental, y el salto más ambicioso que se quiere hacer en la tasa de impuesto. Lo que ocurrió con el Comité de Ministros ante el rechazo ambiental de dos proyectos presentados adelanta un poco lo que se viene como clima de negocios para la inversión”.
El desafío grande, dijo Ulloa, es lograr junto con subir los impuestos, reducir la incertidumbre y aumentar la inversión, variables que en cierto modo se contradicen, estimó el académico.
Desafíos
“En la actual condición económica de nuestro país, propiciar una discusión más informada y profunda para avanzar hacia un nuevo pacto fiscal sostenible y compartido es tremendamente necesario y con amplia mirada socio-económica, sentando lineamientos principales que propendan hacia una conversación que se extienda más allá del foco en recaudación, sino también en los impactos que se generarán en el corto y mediano plazo, más aún cuando se necesitarán propuestas para reactivar y no ralentizar la economía y sus alcances”, planteó el académico de Programas Advance de la USS, Marcelo Gutiérrez.
Gutiérrez dijo que si bien la propuesta apunta a recaudar, en plena aplicación, alrededor del 4% del PIB, no todo será de recaudación, sino también de modificaciones a las actuales tasas y condiciones impositivas, en áreas tales como los combustibles, la salud y otras. Todas ellas requieren un mayor consenso entre los actores políticos y económicos que participarán en la discusión, apuntó.
“Se debe comprender que no todos los impuestos son beneficiosos para el sistema, algunos son de carácter regresivo, y afectan con mayor impacto (negativo) a sectores más vulnerables de la población”.