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Kriket, la apuesta por un snack proteico de insectos

Emprendimiento penquista tiene como centro la alimentación de los animales.

 

La pandemia trajo consigo muchas dificultades, pero a la vez oportunidades. Eso es lo que vio Alexander Götz, alumno de Ingeniería Civil Industrial de la Universidad del Desarrollo, sede Concepción, quien junto a un grupo de compañeros decidió impulsar Kriket, un emprendimiento que convierte el poliestireno expandido (el conocido plumavit) en un alimento proteico para aves. 

Pero dado algunos contratiempos, la idea original debió sufrir modificaciones. El joven emprendedor contó que desde siempre su horizonte fue emprender en algo que tuviera que ver con la sustentabilidad, pero tenía problemas con el foco.

Gracias al Programa Santander Ideas X, que en 2020 estuvo relacionado netamente en emprendedores que tuvieran una idea, decidió con el equipo apostar por un snack proteico de insectos, con el fin de generar una alternativa de alimentación más sustentable para los humanos. 

“Si bien fuimos seleccionados y pudimos avanzar en las distintas fases, nos dimos cuenta que había cierto rechazo por parte de las personas y que nuestra idea no tenía mucho mercado en Chile como esperábamos, sumado a ciertos temas regulatorios que debíamos solucionar”, recordó Alexander.  

Todo ello sirvió para aprender muchas cosas, pues pudieron testear con diferentes insectos, como grillos, larvas de moscas y con el “gusano de la harina”. Con esto, la idea cambió el rubro, decidiendo que el centro no serían las personas, sino que la alimentación de los animales.

 

Casualidad

De esta manera, el grupo se percató que los insectos son capaces de alimentarse de poliestireno expandido. “Fue una casualidad, no un descubrimiento nuestro, pues vimos que anteriormente se habían realizado estudios que se habían quedado ahí. Entonces, como equipo, decidimos centrarnos de lleno en este tema, para tener una propuesta de valor distinta, que integrara la economía celular. Vimos que, si los insectos tienen tantos beneficios nutricionales, más sustentables que la carne, soya o harina de pescado, y que además son capaces de comer plástico, podíamos cerrar el ciclo completo de la economía celular”, explicó Alexander.

Finalmente, con este los jóvenes emprendedores ganaron el Programa Santander Idea X 2020, premio que les permitió montar las primeras granjas piloto para criar a los insectos que, posteriormente, se transformarán en alimento para aves y fertilizantes para las plantas.

La idea tiene dos líneas de negocios. Por un lado, la implementación de granjas modulares, a través de una tecnología que crearon donde se pueden criar insectos de manera sencilla. Son como incubadoras. Con esto, los agricultores –a quienes también capacitan para su instalación- cultivan los insectos in situ y se los pueden dar a sus gallinas, aves o extraer fertilizante, y ya hemos podido realizar las primeras ventas, principalmente en la Región del Biobío. En segundo lugar, es la venta directa de insectos, para quienes no quieren cultivarlos, pero los quieren considerar en la alimentación.

Actualmente, Kriket está trabajando para vender insectos a un mercado más masivo, como por ejemplo el avícola. También “fuimos ganadores del Programa Antofa Innova, que estaba buscando una solución para eliminar el plumavit de San Pedro de Atacama, ya que el turismo deja muchos residuos. Si bien aún estamos en una etapa inicial, debemos presentar nuestra propuesta, que es instalar una granja modular en el sector. A su vez, este año participamos nuevamente en Idea X y vamos a representar a Chile y la UDD en una competencia global, lo que nos llena de orgullo” contó Alexander.

 

Valorización

La gran propuesta de su emprendimiento desde el punto de vista de la sustentabilidad, es la valorización del poliestireno, pues “muchas empresas se enfocan en el reciclaje, que al final es convertir plástico en más plástico, pero nosotros nos centramos en valorizar este material, en convertirlo en un producto completamente nuevo, un alimento, una proteína, que sirve también como fertilizante para las plantas y, por consiguiente, como alimento para nosotros”, indica el estudiante. 

Además, cuenta que nunca han dejado de mirar lo que sucede en otros mercados, como el europeo, donde cada vez es más común la alimentación con insectos entre los humanos, por lo que no se cierran a avanzar en esa alternativa más adelante.

Sobre la influencia de la UDD, afirmó que “desde que uno entra te meten el bichito de al menos buscar problemas que resolver y de tener esa mentalidad crítica”, cerró.