Por Mario Sanchez – Prof. Investigador Universidad Andrés Bello – Miembro Imet-Chile y TMS-USA.
Buscar alternativas para suplir las necesidades futuras de metales y materiales y encontrar nuevos procesos con menor impacto ambiental, es parte del desafío que impone el empobrecimiento de nuestros recursos naturales y el aumento de la población mundial.
En esta línea, la reutilización de residuos de las industrias primarias y secundarias es hoy un imperativo. Ya no es suficiente “disponer” desechos, estabilizados y en lugares habilitados. La urgencia que enfrenta nuestro planeta exige un manejo inteligente que asegure palear de alguna manera los efectos colaterales de nuestro desarrollo.
Desde el área de la Ingeniería es clave aportar en reducir la huella que dejamos. Hoy sabemos que no podemos hacer transformaciones sin producir alteraciones permanentes en nuestro entorno.
La producción de metales no es un proceso espontáneo, es necesario introducir grandes cantidades de energía y da origen a un producto de baja entropía, muy ordenado. Pero, como la regla de las compensaciones, esto se hace a costa de “desordenar” otra parte del universo. De no hacernos cargo de esto, la termodinámica lo anticipa, puede transformarse en un desorden permanente y generalizado.
En este sentido, el reciclaje es cada vez más importantes a nivel industrial. Los productores primarios, es decir, aquellos que trabajan directamente con los recursos naturales, deben considerar la posibilidad de reutilizar la mayor parte de los residuos o instalar operaciones anexas a objeto de recuperar materiales de valor aun presentes.
El tratamiento de minerales y la producción de metales generan importantes volúmenes de residuos, como relaves, ripios y escorias. El proceso de producción de cobre, en particular, es un ejemplo del alto impacto de la actividad, con recursos conteniendo hoy menos del 1% del metal, alrededor del 99% debe ser desechado y dispuesto en algún lugar.
Dentro de este gran volumen de residuos, algunos materiales pueden ser rescatables y valorizar estos desechos considerándolos ahora como nueva fuente de recursos. Pero este nuevo modelo involucra un cambio cultural en nuestras instituciones y requiere de un compromiso asimilarlo y ponerlo en marcha.
En la industria secundaria está haciendo grandes esfuerzos para recuperar metales de desechos eléctricos y electrónicos donde podemos encontrar importantes cantidades de metales nobles como oro, platino, plata y cobre, entre otros, que pueden ser reutilizados tras expirar la vida útil del objeto que los contiene, lo que se conoce como minería urbana. Bajo esta premisa: “los desechos serán los recursos y las ciudades serán las minas”.
La producción secundaria de metales es aún incipiente y no competitiva con la producción primaria, pero las fuertes restricciones medio ambientales potenciarán su crecimiento en los próximos años, debido al incremento de la demanda de metales y por el decrecimiento de la disponibilidad de recursos. Otros componentes de los desechos serán recuperados también en el futuro, porque el planeta así lo requiere.