Por Cristóbal Cifuentes, abogado, docente de derecho tributario USS
Comenzaron los diálogos sociales para una nueva reforma tributaria que pretende presentar el gobierno en los próximos meses y la cual busca aumentar la recaudación, sin embargo, estos “diálogos” vienen ya condicionados con el diagnóstico entregado desde el gobierno. El cual no goza de consenso entre los expertos.
Si se hubiera pretendido un real diálogo para buscar un acuerdo transversal, era esperable generar un diagnóstico conjunto al resto de actores y no generar una pantomima, que finalmente termina socavando la confianza en las instituciones, tal como ocurrió con las iniciativas populares de la Convención Constitucional.
Existen diversas discrepancias técnicas, partiendo de la utilización de los datos para los cálculos, existen discrepancia respecto al nivel de carga tributaria que debería tener nuestro país, considerando el nivel de desarrollo alcanzado. Corrigiendo la medición por las cotizaciones de seguridad social y el nivel de ingreso, la brecha sería mucho menor de lo que ha mencionado el ministro de Hacienda, de menos de tres puntos del PIB, versus los diez puntos que se mencionan.
Se plantea, además, que el aporte tributario de los impuestos personales es bajo en comparación con los países de la OCDE, pero se deja de lado el que esa brecha se explica principalmente porque en Chile la clase media baja está exenta de impuesto a la renta y contribuciones.
La subsecretaria de hacienda ha señalado, que el fin de los diálogos es enfocarse en los principios, se entiende que sea así, porque los principios son más manipulables que las propuestas en concreto. Todos podemos concordar que queremos un sistema tributario más justo, pero la perspectiva de justicia o de pago justo de impuesto puede variar de persona a persona.
Si uno realiza un ejercicio con las personas en la calle y les pregunta si es que pagarían impuestos un gran porcentaje diría que no, es así, porque no existe la consciencia del fin de estos.
Para establecer de una real política tributaria y por ende de las bases de un sistema tributario, debemos partir de la base de conocer el cómo entienden el bienestar social las personas, pues existe la creencia de que el Estado debe amplios derechos sociales, la senda correcta tener altos impuestos a las empresas y personas.
Pero si por otro lado se ve, que el Estado debe promover el ahorro, inversión, crecimiento y generación de riqueza, se generaría una reforma en ese sentido.
Una educación tributaria y que los políticos tengan una mayor consciencia de lo que las personas entienden por bienestar personal y social, ayudará a establecer un sistema tributario de manera más permanente y no sujeto a los colores del gobierno de turno.
Esto requiere que la gente se acerque a los problemas desde la tranquilidad, analizar las cosas de manera sosegada con mira al largo plazo y no desde la emocionalidad y posición política, la cual no contribuye en nada bueno a solucionar los temas.