“Son noticias positivas que los recursos pesqueros se mantengan sanos y otros avancen hacia su recuperación, por el rol irremplazable en el empleo, encadenamientos productivos y prosperidad local…”, dijo la jefa de Sustentabilidad del gremio industrial.
Buenas noticias trajo para la pesca industrial de la zona centro sur el “Informe de estado de situación de las principales pesquerías chilenas 2021”, elaborado por la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura. Ello porque de las ocho pesquerías en las que participan los pescadores industriales del Biobío, cinco de ellas (63%) se encuentran sanas y con una mejora permanente en su biomasa.
“Son noticias positivas que los recursos pesqueros se mantengan sanos y otros avancen hacia su recuperación, por el rol irremplazable en el empleo, encadenamientos productivos y prosperidad local que tiene la pesca industrial en la macrozona sur que trabaja sobre esos recursos”, dijo Monserrat Jamett Leiva, jefa de Sustentabilidad de la Asociación de Industriales Pesqueros, Asipes.
Sin embargo, señaló la ejecutiva, las noticias a nivel nacional no son tan positivas, pues hay varios recursos pesqueros -principalmente destinados a explotación exclusiva del sector artesanal- que no se han podido recuperar y se mantienen agotados o sobreexplotados. “Sin embargo, como pescadores industriales del Biobío confiamos en el trabajo de las autoridades, de los comités científicos y de manejo y de los actores, quienes tenemos la convicción trabajan para mejorar la condición de estos recursos pesqueros”, afirmó.
La ejecutiva precisó que el langostino amarillo y el colorado, el camarón nailon, el jurel y la anchoveta se encuentran sanos y con una biomasa en crecimiento. Ahora, respecto de las otras tres que presentan dificultades (sardina común, merluza común y merluza de cola), las causas son distintas:
En el caso de la sardina común, catalogada el 2021 como “sobreexplotada”, se está a la espera de los resultados de los cruceros de investigación del verano pasado, dado que los buenos reclutamientos observados (peces juveniles presentes en el agua) proyectan un cambio positivo desde la condición actual. Cabe señalar que en este recurso el sector industrial tiene un 22% de la cuota de extracción.
Asimismo, la merluza común se mantiene en la condición más crítica por su estado de “sobreexplotada” producto de la pesca ilegal y a que los esfuerzos en fiscalización y control del exceso de capturas no han sido suficientes. Pese a ello, este recurso sigue mostrando leves signos de recuperación. Y, con respecto a la merluza de cola, el informe indica que, a pesar de que se ha reducido la tasa de explotación, el stock no se ha recuperado, lo que podría deberse a factores ambientales y oceanográficos que no han sido investigados.
¿Cuál es el porcentaje de la cuota de extracción que tiene el sector industrial en el caso de la merluza común?
El sector industrial tiene un 40% de la cuota asignada por la autoridad en base a los criterios técnicos establecidos en la Ley de Pesca, y cuenta con las medidas que controlan el cumplimiento de las cuotas. En forma sostenida hemos planteado la sobreexplotación realizada por el sector artesanal, particularmente en la Región del Maule, donde se estima que se captura tres veces más que la cuota asignada.
En esa línea, Monserrat Jamett dijo que comparte la visión de expertos y algunas ONG's en cuanto a la necesidad que el país cuente con mayor investigación por parte del Estado para abordar planes de recuperación para pesquerías agotadas y también para determinar los Puntos Biológicos de Referencia (PBR) de las 17 pesquerías de las que aún se desconoce su estado de conservación real.
Dados los buenos resultados que revela el informe de la Subpesca respecto de las pesquerías, ¿qué podría decir el gremio sobre esta idea del Gobierno de echar por tierra la actual Ley de Pesca?
El informe de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura destaca que cinco de las ocho pesquerías con captura industrial se encuentran sanas y con una mejora permanente en su biomasa. Eso es consecuencia de la aplicación de criterios científicos en la adjudicación de cuotas y su cumplimiento estricto. Esta evolución favorable de las biomasas sustenta el crecimiento de la actividad, puntualmente la destinación al consumo humano que impulsamos como industria de alimentos y estas condiciones mejoran las opciones comerciales para los productos, que en forma creciente se están destinando al mercado nacional. El caso del jurel es un ejemplo perfecto en que, al aplicar criterios técnicos estables, mejora la conservación y se puede proyectar una actividad. Gracias a eso, hay industrias que están invirtiendo en plantas de congelados, porque es un recurso que al tener administración científica por parte de un organismo internacional se logran las condiciones para proyectar una actividad. Entonces, el manejo científico y la certeza regulatoria son las impulsan la actividad pesquera sostenible para todos los actores que participan en ella.