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¿Qué hago para mantener el control de mis gastos y no endeudarme?

Cristián Echeverría, director del  CEEN

Lo primero es tener conciencia tanto de lo que uno gana y de lo que son los recursos de que uno dispone, como en el qué gasta y cuán imprescindibles son los gastos que uno. En ese sentido, lo esencial es organizarse y respondernos primero, cuánto dinero tengo todos los meses, (un promedio, lo realista) y sobre esa base preguntarse cuánto dinero estoy gastando y responderse en cuatro aspectos: Lo primero es tener claro todo lo que debo gastar y que son inevitables para mi nivel de vida básico (gastos de la vivienda, colegiaturas, alimentación).Un segundo grupo son los gastos en las cosas que quiero; esos pequeños gustillos, impulsos. Ahí la pregunta es qué es lo suficiente y qué excede de eso, lo que podríamos llamar los deseos y la pregunta es cuanto gasto cada mes en esto y qué cosas son prescindibles. Un tercer grupo son los gastos en , esparcimiento, recreación, vacaciones o el “pasarlo bien”,  y una cuarta categoría, son los gastos inesperados; porque alguien se enfermó, hubo que comprar remedios, el matrimonio de alguien o hubo un viaje inesperado a otra región por un familiar enfermo, en fin. 

Si uno lleva una cuenta de estas cuatro dimensiones y va sacando el total mensual y después compara dos o tres meses podrá darse cuenta donde puede hacer ajustes para que, ojalá cada mes, vivamos con lo que tenemos y eso va a disminuir por sí mismo el endeudamiento y eventualmente, poder pasar a la línea de cuánto puedo ahorrar, ponernos quizá una meta pequeña de una parte de mi ingreso, por ejemplo, un 5% o un 3%. Por que sea la cifra, si mes a mes lo vamos constituyendo como una meta en nuestro presupuesto mensual va a ir constituyendo un colchón de recursos significativos para los gastos inesperados o a más largo plazo como la compra de una vivienda.

En síntesis, en esta presupuestación consciente en estas cuatro categorías podemos irnos dando cuenta de donde podemos hacer ajustes para ir gradualmente generando ese colchoncito de ahorro que finalmente es lo que permite a los hogares mejorar sus condiciones de vida en el largo plazo, acceder a la vivienda propia, financiar los estudios superiores de los hijos.  Es algo que si bien en nuestra cultura está algo desvalorizado a diferencia de otras partes del es lo que genera la de mejorar los niveles de vida de una persona o de un hogar y dar un colchón ante las incertidumbres de la vida, ante un evento de un despido o de una recesión que son tan dolorosos cuando no hay ahorros, porque obligan a recortar y a perder nivel de vida.