La madera posee numerosas virtudes constructivas y medioambientales. Su capacidad de almacenamiento de carbono, su poder estructural o su cualidad aislante, son algunas de las ventajas que se obtienen tras optar por ella como material de construcción.
En ese contexto, Frane Zilic, director de Polomadera de la Universidad de Concepción y Andrés Sierra, arquitecto y exsubdirector de Transferencia del Centro UC de Innovación en Madera, entregaron su experiencia y consejos para construir una casa o un edificio en madera.
Para Zilic, quien además es Magíster en Construcción en Madera, trabajar con este material se alza como la solución sostenible que necesita la construcción. No obstante, se le suele echar la culpa a la madera cuando la vivienda se pudre, se incendia, se recalienta en verano, vibra al pisar o tiene una mala aislación acústica.
Según Zilic, esta fama asociada a la madera es injusta, pues los riesgos mencionados no son problemas intrínsecos de esta materia prima, sino de diseño, cálculo y ejecución.
“Al diseñar, se piensa estéticamente y se cuenta con la total confianza de que todo resultará bien porque el cálculo es correcto. Sin embargo, en la obra misma, tanto en la edificación como en su operación, hay que considerar que serán múltiples los factores que no saldrán como estaba planeado, desencadenando en fallas que afectarán el desempeño o durabilidad de aquello que se va a erigir”, explicó Zilic.
1.500 años de un templo
Frane Zilic, señaló como ejemplo, que “en Japón existe un templo de madera que tiene cerca de 1.500 años. Una de sus principales estrategias de durabilidad radica en la posibilidad de cambiar piezas para reparar los daños que ocurren a lo largo del tiempo. Sin necesidad de llegar a esos extremos de perfección carpintera, podemos empezar a pensar de qué manera estamos diseñando hoy para permitir la reparación futura”.
Para Andrés Sierra, arquitecto y gerente de Tallwood Consultores, la madera se encuentra en un momento privilegiado desde el punto de vista de la producción industrial, pero, a su parecer, resulta vital terminar con los prejuicios que existen contra este elemento a la hora de comenzar un proyecto.
Sierra aseguró que “existen consultores que ofrecen el servicio de estudiar la factibilidad y economía del proyecto, ayudando a lograr resultados económicamente viables y arquitectónicamente atractivos”.
Si bien es cierto que la madera tiene buenas propiedades de aislamiento, Sierra aclaró que hay que esmerarse para que esa función tenga un buen resultado. Para esto, es necesario identificar las “amenazas” naturales que pueden jugar en contra, como el viento, el agua, el sol, y en qué sitios se desarrollará el proyecto.
“Como ejemplos, está separar la madera del suelo, proteger los elementos de este material del sol y la lluvia, especificar envolventes ventiladas y utilizar bandas, membranas y barreras para la hermeticidad, humedad y vapor. Todo, con el fin de garantizar un buen desempeño térmico y evitar daños por condensación”, concluyó el arquitecto.
Fuente: www.emb.cl